miércoles, 15 de febrero de 2012

CONECTAR CON NUESTRA CAPACIDAD CREATIVA, OCIO O NECESIDAD ?



Cápsulas de Corazón, Nieves Batista

La inteligencia Asociativa, así denominada por Elaine de Beauport, está presente en cada ser humano; puede que de forma más o menos activa, pero siempre nos acompaña.

Es la inteligencia que nos permite poner en contacto diferentes ideas, emociones, percepciones, acciones. También es una de las capacidades que nos facilita conectarnos con otros seres humanos. 

La inteligencia Racional y la inteligencia Asociativa se complementan. La primera la conocemos bien, es la que solemos desarrollar en la escuela y da respuestas a preguntas de tipo: qué, cómo, cuándo, dónde, para qué, por qué, con quién ?. La inteligencia Racional se satisface con respuestas precisas y acotadas.

La inteligencia Asociativa nos permite conectar lo que a veces es racionalmente inconectable, lo sin criterio explicable, lo aparentemente incongruente. Cuando hablamos de asociar, de crear, hablamos además de arte, de muchas otras cosas. Los procesos creativos son también una vía para generar nuevas opciones, nuevas conecciones, nuevas respuestas a las preguntas diarias, o inclusive nuevas preguntas ante las situaciones cotidianas; podríamos ejercitarnos en visualizar unas 'otras' maneras de posicionarnos en el mundo ante lo que hoy acontece.
Un ejemplo clásico de inteligencia Asociativa, es el que se refiere a la participación en una 'tormenta de ideas'; allí las pautas suelen ser: escuchar y considerar los planteamientos por más disparatados que parezcan, aparcar el juicio por un lapso de tiempo, y especialmente no descalificar.

Y digo, no descalificar, pues la inteligencia Asociativa, así como la intuición, suelen ser tímidas ante un razonamiento impecable e implacable;  y observadas desde la inteligencia Racional parecen con mucha frecuencia insostenibles, indefendibles e inargumentables. 

Las miradas desde el Hemisferio Izquierdo (racionalidad) y las miradas desde el Hemisferio Derecho (asociación, intuición, percepciones espaciales, visuales y auditivas) forman un tándem vital para los seres humanos, de gran riqueza, profundidad y complejidad. Considerando entonces, que el Hemisferio Derecho suele ser tímido, nos toca invitarlo, estimularlo para que aparezca en escena y nos aporte esas formas innovadoras, sorpresivas y a veces hilarantes; y desde allí direccionar las posibilidades.

Ese tándem al que hacemos referencia nos facilita por una parte, el observar en detalle y en profundidad, y por otra parte la mirada global y en relación. El cuerpo calloso, en nuestra neocorteza, es el que nos permite que los impulsos eléctricos de un lado del cerebro se comuniquen y aporten al otro lado. Podríamos atrincherarnos y defender cualquiera de las opciones y denigrar de la otra, o podríamos permitirnos experimentar cada vez más ese tándem, y enriquecer nuestra cotidianidad y expectativas.

Ejercitar esta complementaridad, darle espacio e invitar a nuestra inteligencia Asociativa, a nuestra capacidad creativa, es en este momento urgente, diría que vital, no tiene nada que ver con el ocio.